domingo, 22 de marzo de 2009

...Macadamias...

Pero entonces la vida, si es que hay vida,
si es que podemos llamar vida a la vida
y no sal o uva, llano, colchon.

Me pongo en cintura, pero... a quien engaño?
ni a mi, ni a dois, ni a ti, ni a nadie,
nunca fui bueno para esconder iras.

¿A quien miras? crees que no te estoy
viendo, si a ti te estoy hablando, al joven
que esta del otro lado del espejo.

No corro, no me escondo, ya se que me
puedes alcanzar, ya se que todo es un
pleonasmo y que nada se convierte.

Y me vuelvo a preguntar (como casi cualquier otra noche)
¿que es la felicidad? ¿soy feliz? ¿eres feliz conmigo?
¿te preparo la cena?

El calentamiento global, la pseudorevlucion
en america latina, la sobrepoblacion del plastico,
el precio de las macadamias.

Mi cabeza continua pensando,
mis manos ya no, me acuerdo de tus
parpados, que no son de pajaro, y levanto la ceja.

Con mis manos, y sin violin, toco una
melodia melancolica enmarcando al principe
William, que por primera vez habla de su madre.

Hice una audicion para ser un ser humano
y falle, o cuandomenos no me eligieron,
solo tenia que decir palabras felices.

Por eso nomas puedo decir:
No al genocidio.